Brian Jones. |
Como simple curiosidad, hace pocos días encontré un artículo del número del 9 de agosto de 1969 de la popular revista estadounidense Rolling Stone (aquí su web oficial), fundada en 1967 y dedicada sobre todo a la música, el cine y los famosos, en concreto un obituario del músico británico Brian Jones (1942-1969), uno de los fundadores de la banda de rock The Rolling Stone en 1962 y fallecido ahogado en una piscina el 3 de julio de 1969. El artículo, firmado por el crítico musical Greil Marcus (n. 1945) hace un repaso a la breve pero intensa vida de Jones, e inserta una cita de un famoso relato de Lovecraft, El caso de Charles Dexter Ward, al mencionar las referencias al demonio en algunas de las canciones del mítico grupo británico liderado por Mick Jagger. En concreto, el párrafo de Marcus dice así:
Espero que los Stones no respondan de esa manera. Realmente espero que no se presenten en el funeral de Jones con trajes negros y corbatas grises. En cierto modo, la muerte de Jones nos muestra, y tal vez el propio Mick Jagger, que los Stones no bromeaban cuando cantaban "Sympathy for the Devil". "Pongo trampas para los trovadores que son asesinados antes de que lleguen a Bombay. Encantado de conocerte, espero que adivines mi nombre. Pero lo que te confunde es la naturaleza de mi juego ". Como escribió H. P. Lovecraft en "El caso de Charles Dexter Ward",
"Encarézcole no llame a su presencia a nadie que no pueda dominar, es decir, a nadie que pueda conjurar a su vez algún poder contra el cual resulten ineficaces sus más poderosos recursos.»
La cita del relato de Lovecraft es un fragmento de una carta que envía Jedediah Orne a su colega, el brujo Joseph Curwen, en el siglo XVIII. El pasaje en cuestión el que aparece dicha cita es el siguiente:
Nadie se atrevió a hablar del fin de Joseph Curwen, y Charles Ward contó con un solo indicio para elaborar su teoría. Ese indicio era vago en extremo y consistía en un pasaje subrayado de aquella carta que Jedediah Orne había enviado a Curwen, carta que había sido confiscada y que Ezra Weeden había copiado en parte. Dicha copia se hallaba ahora en posesión de los descendientes de Smith y a nosotros nos toca decidir si Weeden se la entregó a su compañero después del ataque a la granja, como testimonio de la anormalidad de lo que había ocurrido, o si, como es más probable, Smith la tenía ya en su poder anteriormente y la había subrayado después de sonsacar a su amigo interrogándole sabiamente. El pasaje subrayado decía:
«Encarézcole no llame a su presencia a nadie que no pueda dominar, es decir, a nadie que pueda conjurar a su vez algún poder contra el cual resulten ineficaces sus más poderosos recursos.»
A la luz de este pasaje y pensando en los enemigos innombrables que un hombre acosado podía invocar en su ayuda, Charles Ward pudo muy bien preguntarse si fue en verdad algún ciudadano de Providence quien mató a Joseph Curwen
Podéis leer el texto completo en inglés en este enlace.Nadie se atrevió a hablar del fin de Joseph Curwen, y Charles Ward contó con un solo indicio para elaborar su teoría. Ese indicio era vago en extremo y consistía en un pasaje subrayado de aquella carta que Jedediah Orne había enviado a Curwen, carta que había sido confiscada y que Ezra Weeden había copiado en parte. Dicha copia se hallaba ahora en posesión de los descendientes de Smith y a nosotros nos toca decidir si Weeden se la entregó a su compañero después del ataque a la granja, como testimonio de la anormalidad de lo que había ocurrido, o si, como es más probable, Smith la tenía ya en su poder anteriormente y la había subrayado después de sonsacar a su amigo interrogándole sabiamente. El pasaje subrayado decía:
«Encarézcole no llame a su presencia a nadie que no pueda dominar, es decir, a nadie que pueda conjurar a su vez algún poder contra el cual resulten ineficaces sus más poderosos recursos.»
A la luz de este pasaje y pensando en los enemigos innombrables que un hombre acosado podía invocar en su ayuda, Charles Ward pudo muy bien preguntarse si fue en verdad algún ciudadano de Providence quien mató a Joseph Curwen
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