El escritor estadounidense William S.
Burroughs (1914-1997), icono de la llamada Generación Beat y autor de famosas novelas como
El almuerzo desnudo (1959) o
Queer (1985), tiene una curiosa conexión con Lovecraft. Entre 1950 y 1952, cuando vivía en México, Burroughs fue alumno de Robert Barlow, el amigo y albacea literario de Lovecraft, que entre 1948 y 1951 fue jefe del Departamento de Antropología del
México DF City College, donde estudió diversos códices mayas. Más adelante, Burroughs se interesó por el ocultismo, y leyó algunas de las obras del mago inglés Aleister Crowley, así como el famoso
Necronomicon de Simon, del que escribí en esta
entrada, un grimorio escrito por un autor anónimo que se presentaba como una traducción del
Necronomicón original, que como todos sabemos es una pura invención. Entre otras cuestiones, se hablaba sobre la mitología sumeria y babilonia, y se mencionaba a un dios, Kutulu, que algunos piensan fue la inspiración para el Cthulhu de Lovecraft. Lo curioso es que Burroughs nombró a esta deidad de la antigua Sumer en una de sus novelas,
Ciudades de la noche roja (1981), una narración que abarca edades y lugares remotos y que nos cuenta la historia de las ciudades del título: Tamaghis, Ba’dan, Yass–Waddah,
Waghdas, Naufana y Ghadis. Antaño centros de civilización y del saber,
se supone que existieron hace cientos de milenios en la región que es
ahora el desierto de Gobi. Una catástrofe cósmica vuelve rojo el cielo y
causa mutaciones genéticas. Hasta ahora toda la gente ha sido negra,
pero las pieles rojas, amarillas y blancas empiezan a aparecer por
primera vez y estallan guerras civiles: «Las mujeres, conducidas por una
mutante albina llamada la Tigresa Blanca, se apoderaron de Yass–Waddah,
reduciendo a la esclavitud a los habitantes varones … El Consejo de
Waghdas respondió desarrollando un método para criar bebés en úteros
extirpados … Aparecieron muchos extraños mutantes cuando una serie de
plagas devastaron las ciudades … Finalmente, las ciudades fueron
abandonadas y los sobrevivientes huyeron en todas direcciones llevándose
las pestes con ellos». Pero estas ciudades no existen sólo en la
fantasía histórica: son lugares simbólicos que se visitan en sueños, y
posiblemente aún existan, sólo que ahora tienen nombres como Nueva York,
Londres, Moscú, Tokio, París, Shanghai, etc.Mezclada con la parábola de las ciudades, hay una historia del siglo XVIII: muchachos piratas que combaten a los españoles y tratan de
encontrar una utopía sin mujeres; un relato actual sobre un detective,
Clem Snide, que investiga crímenes y es llevado a la contemplación de
viejos misterios; un cuento de los años veinte sobre los viajes de
Farnsworth, un inmutable funcionario de sanidad del distrito y un no
disimulado adicto a las drogas; y más cosas, en vena paródica,
amenazante o elegíaca.
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Robert Barlow (abajo a la derecha) con otros investigadores en México en 1944. |
Como decía, Burroughs menciona a Kutulu en la "Invocación" con la que comienza la obra, que se dedica tanto a los
Ancient Ones (algo así como los Primigenios) como a una larga serie de dioses entre los que se cuenta
Kutulu, the Sleeping Serpent who cannot be summoned, esto es, Kutulu, la Serpiente Durmiente que no puede ser convocada.
Aquí tenéis la citada invocación en inglés:
This book is dedicated to the Ancient Ones, to the Lord of
Abominations, Humwawa, whose face is a mass of entrails, whose breath is
the stench of dung and the perfume of death, Dark Angel of all that is
excreted and sours, Lord of Decay, Lord of the Future, who rides on a
whispering south wind, to Pazuzu, Lord of Fevers and Plagues, Dark Angel
of the Four Winds with rotting genitals from which he howls through
sharpened teeth over stricken cities, to Kutulu, the Sleeping Serpent
who cannot be summoned, to the Akhkharu, who such the blood of men since
they desire to become men, to the Lalussu, who haunt the places of men,
to Gelal and Lilit, who invade the beds of men and whose children are
born in secret places, to Addu, raiser of storms who can fill the night
sky with brightness, to Malah, Lord of Courage and Bravery, to Zahgurim,
whose number is twenty-three and who kills in an unnatural fashion, to
Zahrim, a warrior among warriors, to Itzamna, Spirit of Early Mists and
Showers, to Ix Chel, the Spider-Web-that-Catches-the-Dew-of-Morning, to
Zuhuy Kak, Virgin Fire, to Ah Dziz, the Master of Cold, to Kak U Pacat,
who works in fire, to Ix Tab, Goddess of Ropes and Snares, patroness of
those who hang themselves, to Schmuun, the Silent One, twin brother of
Ix Tab, to Xolotl the Unformed, Lord of Rebirth, to Aguchi, Master of
Ejaculations, to Osiris and Amen in phallic form, to Hex Chun Chan, the
Dangerous One, to Ah Pook, the Destroyer, to the Great Old One and the
Star Beast, to Pan, God of Panic, to the nameless gods of dispersal and
emptiness, to Hassan i Sabbah, Master of Assassins.
To all the scribes and artists and practitioners of magic through whom these spirits have been manifested….
NOTHING IS TRUE. EVERYTHING IS PERMITTED.