Uno de los más sorprendentes casos OVNI registrados en España, aunque hoy en día es considerado un fraude y una leyenda urbana, es el llamado Caso Tivissa, ocurrido el 27 de agosto de 1968, y que os cuento porque los extraterrestres que protagonizaron el supuesto encuentro podrían haber surgido de la mente de Lovecraft.
El día 27 de agosto de
1968 el desaparecido rotativo barcelonés
Tele Express (que se editó entre 1964 y 1980)
publicaba en sus páginas una extensa carta al director
en la que se daba cuenta de la observación y posterior aterrizaje de un Objeto
No Identificado u OVNI en la zona de la
conca de
Tivissa. El firmante de la carta,
Sebastián Mateu, aseguraba que su cuñado Juan vio a dos seres con forma
de “pulpo”, pero con cuatro extremidades en lugar de ocho, que habían
descendido a plena luz del día de un misterioso objeto semicircular, como una “media
sandía” que se hallaba suspendido a poco
menos de un metro del suelo. Juan Mateu se había desmayado de la
impresión y él mismo había podido comprobar al día siguiente como en el
lugar del incidente, situado en la Sierra de Almós, desde donde era visible el
mar, habían aparecido dos circunferencias negras en el suelo así como restos de
hierba quemada. Los ufólogos e investigadores de la región se pusieron en marcha para investigar el suceso,y el histórico CEI (Centro de Estudios
Interplanetarios) de Barcelona se puso en contacto con la redacción del
rotativo
Tele Express y consiguió la
carta original. Allí no supieron darle razón de dónde localizar al autor del
escrito, tan sólo poseían la misiva en la que no figuraba el remite. La única
pista se hallaba al principio y al final del texto cuando su autor daba cuenta que
vivía en la Sierra de Almós, en una masía situada a 7 kilómetros de Tivissa. Y,
al final, cuando firmaba como “Sebastián Mateu - Caserío de Darmós, Tivisa, Tarragona”. Con esos datos, a finales de
agosto de aquel año, varios investigadores del CEI se desplazaron a la zona en
busca del caserío, pero no encontraron nada. Tampoco ningún vecino supo reconocer a
Mateu alguno. Y desde el sitio donde –presuntamente-
había ocurrido la experiencia y al que habían acudido numerosos curiosos, no
era visible el mar.
Con la intención de resolver el misterio en torno a Mateu, el
13 de septiembre de 1968 Tele Express publicó en su sección de cartas un
llamamiento de Vallés Tuset, en nombre del CEI, con objeto de recabar información
sobre Sebastián Mateu y los hechos que tuvieron lugar en la Sierra de Almós.
Para entonces el asunto ya había trascendido a más medios y agencias de prensa
ocasionando que una legión de curiosos se desplazara los fines de semana a
Tivissa en busca de extraterrestres y otros fenómenos singulares.
Pero el llamamiento tuvo
respuesta: el 25 de septiembre, contrariado por el comunicado
del CEI, Mateu dio de nuevo señales de vida. Pero en esta carta, visiblemente
molesto, no facilitó datos de contacto. Se limitó a decir que era contable de
una empresa metalúrgica y que, por el hecho de no haber dado con él no podían negar
ni su existencia ni su experiencia. Hay muchas contradicciones en el
caso Tivissa, muchas preguntas por resolver, pero no cabe duda que la
experiencia narrada por Sebastián Mateu sirvió de espoleta para
disparar un fenómeno sociológico, ya que la zona fue visitada por cientos de personas, curiosos, seguidores del tema OVNI, parapsicólogos...durante décadas.
Un extraño caso OVNI que resulta muy llamativo, por la aparición de esos extraños pulpos extraterrestres, que no dejan de recordar al dios lovecraftiano Cthulhu.