En febrero de 1996, en el número 80 de la revista Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil (CLIJ), una publicación mensual fundada en 1988 dedicada a las novedades editoriales y noticias en torno a la literatura para
niños y jóvenes, destinada a docentes, bibliotecarios, interesados por
la Literatura Infantil y Juvenil, que se publican en España, apareció publicado un extenso artículo titulado De Zeus a Lovecraft, pasando por Drácula, a cargo de Víctor Aldea (n. 1973), escritor, traductor y crítico especialista en literatura juvenil. A lo largo de 19 páginas, el autor hace un somero repaso de la historia de la literatura fantástica, desde sus orígenes con los relatos legendarios y mitológicos de la Antigua Grecia, hasta la época en que se escribió el artículo, mencionando a los autores más relevantes, como Mary Shelley, Poe, Tolkien, Eddison, C.S. Lewis, Ursula K. Le Guin...Y además, dedica varias páginas al género de terror, y un epígrafe completo a uno de los autores más relevantes: Lovecraft, del que dice lo siguiente:
Otra de las excepciones fue el escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), nacido en Providence, un pequeño estado del noreste de los Estados Unidos. Muy aficionado a las ciencias ocultas, Lovecraft invirtió la mayor parte de su tiempo y de su erudición en escribir cuentos con los que, partiendo de una base terrorífica, creó una de las mayores cosmogonías literarias del siglo XX: la mitología de Cthulhu, que relata las historias de una deidad y sus aliados satélites, que luchan por penetrar en el interior del mundo mortal con el fin de dominar y destruir la raza humana.
Los "Mitos de Cthulhu", conjunto de relatos independientes, que los críticos denominaron así, representaron la creación de un universo propio y el paulatino desarrollo de un corpus mitológico y legendario, alimentado no solo por la pluma de Lovecraft, sino por la colaboración de otros muchos escritores hipnotizados por la fantasía y las posibilidades que la creación lovecraftiana ofrecía(...)
Pese a la gran coherencia interna de los "Mitos de Cthulhu", Lovecraft nunca fue consciente de lo que aquel cuerpo mitológico significaba, y los aproximadamente doce relatos que los críticos consideran que lo constituyen, son historias más o menos independientes entre sí, que comparten elementos comunes, pero que no forman ni una unidad completa ni un ciclo lineal o argumental, en modo alguno. Algunos de los mejores relatos de Lovecraft pertenecen a esta serie, entre ellos: La ciudad sin nombre (The nameless city), La llamada de Cthulhu (The call of Cthulhu), El que suspiraba en las tinieblas (The whisperer in darkness), En las montañas de la locura (At the mountains of madness) y El caso de Charles Dexter Ward (The case of Charles Dexter Ward). (...)
La mayoría de estos relatos, publicados tras la muerte de Lovecraft, mezclan el terror cósmico en su estado más puro, con algunos de los primeros escarceos de un nuevo género literario: la ciencia-ficción. Razón por la cual, el escritor de Providence tiende a ser considerado como uno de los precursores de dicho género, que empezó a consolidarse a partir de los años treinta y que hoy en día mueve masas de lectores en todo el mundo.
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