En la década de 1970 en Estados Unidos comenzó a circular un libro llamado Necronomicón, que supuestamente contenía textos copiados del famoso grimorio que, como todos sabemos, fue una invención literaria de Lovecraft. Este libro, conocido como Simon Necronomicon, o el Necronomicón de Simon, se publicó por vez primera en 1977, como escribí en esta entrada. y se popularizó por una reedición realizada por Avon Books, que se difundió en toda clase de ambientes sociales. Fue tanta su difusión y el mal uso que se le dio a un libro que no era sino un conjunto de textos apócrifos, falsos conjuros mágicos y alusiones a los textos de Lovecraft o de Aleister Crowley, que llegó a estar vinculado a dos crímenes célebres en la historia criminal de Estados Unidos, tan extensa como sangrienta.
El primer asesinato ocurrió en 1996, y fue un asesinato doble: el 25 de noviembre de 1996, Naomi Ruth Queen y Richard Wendorf fueron encontrados por su hija Jennifer Wendorf, asesinados a golpes en su casa de Eustis (Florida). El asesino era Rod Ferrell (n. 1980), líder de una secta estadounidense y miembro de una pandilla de adolescentes de Murray, Kentucky, conocida como el "Clan de los Vampiros". Ferrell afirmaba ser un vampiro de 500 años de edad llamado Vesago, un personaje que creó para sí mismo después de obsesionarse con el juego de rol Vampire: The Masquerade (1991). Mientras Richard Wendorf, de 49 años, dormía en su sofá y Ruth Queen estaba en la ducha, Ferrell y su cómplice Howard Scott Anderson entraron a la casa a través del garaje abierto y recogieron el arma homicida, una palanca. Antes de que Richard despertara, Ferrell lo golpeó varias veces con la palanca, fracturándole el cráneo y las costillas, dejándolo inconsciente casi instantáneamente y matándolo poco después. Cuando Ruth encontró a Ferrell y Anderson en la casa momentos después, Ferrell la mató a golpes con la misma palanca. Después de cuatro días de conducir por cuatro estados, Ferrell, Scott Anderson y dos chicas, Charity Keese y Dana Cooper, fueron arrestados en Baton Rouge, Luisiana. Al parecer, Ferrell llevaba consigo un ejemplar del Necronomicón de Simon. Numerosos
factores que surgieron en la cobertura mediática del crimen, incluida
la autoidentificación de Ferrell como vampiro y el descubrimiento de una
copia del Necronomicon en su automóvil, llevaron a que los asesinatos se reformularan como un asesinato ritual satánico. En
casos como el de Ferrell, la cruzada de los fiscales, los
autoproclamados "policías de culto" y los medios de comunicación en
busca de sensaciones han presentado el Necronomicon como prueba de una sombría conspiración satánica. Aunque Ferrell fue condenado en un principio a muerte, se le conmutó por la pena de cadena perpetua y en la actualidad sigue en prisión.
El otro crimen famoso tuvo lugar apenas dos años después, en Santa Mónica (California). El 24 de febrero de 1998, Glen Mason, un vagabundo de 23 años, estranguló a su novia de 14 años, Shevawn Geoghegan, en el sótano de una clínica de salud mental abandonada en Santa Mónica en un ritual satánico, con la complicidad de otras dos personas, Dennis Ronald Scott, de 24 años, y Elizabeth Ann Mangham, una joven de 17 años . El cuerpo de Geoghegan fue encontrado el 26 de febrero envuelto en una manta en el sótano de un hospital psiquiátrico vacío que, según la policía, era frecuentado por adolescentes que practicaban su propia adoración satánica. La habían estrangulado con un cinturón.
Geoghegan era amiga de los tres sospechosos y fue voluntariamente al hospital la noche de su asesinato. Los detectives encontraron animales muertos y símbolos satánicos cerca de la escena del crimen, dijo la policía.
Los tres sospechosos del asesinato fueron capturados por la policía y llevados a juicio. Durante la celebración del mismo, se usó el Necronomicon de Simón como prueba de que Mason era un satanista. De hecho, como contaron algunos testigos que habían sido compañeros en la calle de Mason, pronto comenzó a predicar y practicar el satanismo. Leyó la Biblia satánica de Anton LaVey , que se convirtió en una especie de manual. También siguió los encantamientos y hechizos del Necronomicon de Simon, e incluso le dio una copia a Tanya Zerkov, y a su amiga Shevawn. “Al principio teníamos miedo”, dijo Tanya en el juicio, “pero leímos tres páginas y comenzamos a reírnos”. Pero Mason se tomó en serio el libro cuya portada prometía revelar "las fórmulas olvidadas hace mucho tiempo para evocar cosas increíbles, seres y monstruos en apariencia física". “Decidió que realmente existía esta raza de espíritus antiguos que iba a convocar desde abajo”, dijo otro testigo del juicio. “Era un satanista. Realmente lo creía”. Mason fue condenado a cadena perpetua por el atroz crimen.