En el número del 19 de agosto de 1990 del famoso periódico español ABC de Sevilla (aquí su página web oficial), que fue fundado en 1903 y su edición de la capital andaluza en 1929, apareció un artículo de una sola página titulado La arquitectra del terror en Lovecraft, firmado por el escritor, dramaturgo y ensayista Francisco Nieva (1924-2016), que fue miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1990 hasta su muerte. Con motivo de la celebración al día siguiente, 20 de agosto, del centenario del nacimiento de Lovecraft, Nieva hace un análisis de la obra del escritor estadounidense, y en concreto, el uso de los escenarios en los que transcurren sus relatos, un elemento que el propio Nieva conocía por haber sido un destacado escenógrafo de teatro durante muchas décadas, el encargado de diseñar los elementos visuales de cada escena. Entre otras aportaciones, afirma lo siguiente:
Lovecraft es un gran plástico del terror, tan solo comparable con Poe y es posible que lo supere para muchos, entre los que quizá me encuentre yo. La literatura realista del siglo XIX y parte del XX ha abusado del prurito paisajista, y como todo prurito competitivo en las artes, esto ha servido para resaltar muchas incapacidades. (...) Lo medrosamente medieval en Lovecraft es la vieja América, con sus factorías que un día fueron arquitectura modernista abandonadas, sus coches Ford que se mantenían en funcionamiento durante quince años; con la proximidad del odio mágico de las tribus indígenas y tantas cosas más que configuran en América un pasado medieval y gótico. (...) ¿Cuándo relata o "describe" Lovecraft? En él, la descripción es relato. No existe ni el más leve estatismo literario. A los paisajes les ocurren cosas. ¡Y qué paisajes! Columnarios y góticos árboles americanos, selvas ojivales, desiertos planetarios... Cualquier descripción paisajística de Lovecraft tiene sorpresa: a este paisaje va a sucederle algo. No existe en toda la literatura una cosa igual. (...) Ha llegado la hora de festejar a Lovecraft y también la hora de decir que pocas épocas han sabido reconocer cuáles en el futuro han de ser sus verdaderos clásicos.
Podéis leer el texto completo en este enlace.
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