Ocotepeque (Honduras). |
En marzo de este 2019, pocos días antes de la Semana Santa, varios medios de información de Honduras dieron a conocer la noticia de que en ciertas zonas rurales del occidente del país unas personas desconocidas estaban distribuyendo entre los lugareños octavillas y hojas con supuestos conjuros extraidos del libro ficticio Necronomicón, lo que había sembrado la alarma en esas comunidades y en la Iglesia católica, con una gran presencia en Honduras. En el periódico La Tribuna, publicado en Tegucigalpa y fundado en 1976, por ejemplo, se informaba de estos sucesos, diciendo lo siguiente:
Según testigos, quienes han leído las hojas volantes con parte de las
oraciones y gráficos aparentemente demoníacos, la distribución de estos
impresos se ha detectado en el departamento de Ocotepeque, Intibucá,
Copán y Santa Bárbara, en donde también ha ocurrido una serie de
supuestos suicidios y casos de personas que dicen estar “trastornadas”
por lo que habrían leído.
El contenido de las hojas volantes son párrafos y dibujos que
pertenecen a uno de los cuatro libros que comprende el “gran libro de
los conjuros”, uno de los textos más peligrosos del mundo, según
bibliografías en internet de conocedores de magia negra y adictos a
artículos prohibidos de colección, quienes consideran que el
“Necronomicón” es un texto con el que se invocan a seres desconocidos y
legiones de espíritus del inframundo, por parte de quienes crean o no en
él.
Cabe destacar, como lo hace el artículo mencionado de La Tribuna, que en los últimos años han aumentado los casos de prácticas satánicas y de supuestos cultos al demonio en ciertas zonas de América Latina, mezclados con antiguas supersticiones, que la Iglesia Católica trata de combatir, lo que explicaría este insólito caso, en el que encontramos un libro ficticio que nunca llegó a existir, el Necronomicón, que ciertas personas difunden como si fuera real
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