Una de las primeras ediciones de relatos de Lovecraft aparecidas en Chile fue el volumen titulado Las montañas alucinantes (En las montañas de la locura), un libro publicado en 1995 por la editorial Centro Gráfico de Santiago de Chile, fundada en 1986. Se trata de una obra de 141 páginas que recoge dos destacados relatos de Lovecraft, traducidos al castellano por Mauro Cancini, a saber: En las montañas de la locura y El color que cayó del cielo. La sinopsis que encontramos en la contraportada de este libro hoy prácticamente imposible de encontrar dice así:
H.P. Lovecraft. (1890-1937).
Su infancia transcurrió en el seno de una familia tradicionalista de la Nueva Inglaterra, Estados Unidos, en la ciudad de Providence y allí prácticamente transcurrió toda su vida.
En su larga producción trata, una y otra vez, de cruzar los limites del mundo objetivo y recobrar ese mundo de la infancia y de los limites del mundos y recobrar ese mundo de la infancia y de los pueblos primitivos que la lógica y el conocimiento humano arrebató. Con percepciones desconocidas se interna en espacio multidimensionales y se encuentra con seres que aterran a los niños y a quien poblaban la tierra en sus orígenes: aparecen aullidos que son silencio, perfumes y música que son colores, luces de espectros inexistentes para la física, planos y ángulos no considerados por la geometría, que al traspasar los límites de la conciencia se transforman en seres vivos. Las piedras se desaseen. Los sonidos se transforman en haces de luz. Las montañas están vivas y echan a andar. Se viven experiencias que no se pueden comunicar, porque son absolutamente incomprensibles. Se entra al paraíso y al infierno a la vez.
La Editorial.
Su infancia transcurrió en el seno de una familia tradicionalista de la Nueva Inglaterra, Estados Unidos, en la ciudad de Providence y allí prácticamente transcurrió toda su vida.
En su larga producción trata, una y otra vez, de cruzar los limites del mundo objetivo y recobrar ese mundo de la infancia y de los limites del mundos y recobrar ese mundo de la infancia y de los pueblos primitivos que la lógica y el conocimiento humano arrebató. Con percepciones desconocidas se interna en espacio multidimensionales y se encuentra con seres que aterran a los niños y a quien poblaban la tierra en sus orígenes: aparecen aullidos que son silencio, perfumes y música que son colores, luces de espectros inexistentes para la física, planos y ángulos no considerados por la geometría, que al traspasar los límites de la conciencia se transforman en seres vivos. Las piedras se desaseen. Los sonidos se transforman en haces de luz. Las montañas están vivas y echan a andar. Se viven experiencias que no se pueden comunicar, porque son absolutamente incomprensibles. Se entra al paraíso y al infierno a la vez.
La Editorial.
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