En 2016 el joven escritor español Francisco Javier Olmedo Vázquez (n. 1980) publicó mediante la plataforma Createspace Independent Pub un libro de relatos de terror titulado Vestigios de un mundo olvidado, inspirado en el universo de Lovecraft. El libro, de 102 páginas y que podéis adquirir en Amazon, contiene tres relatos cortos: el que da título a la obra, Vestigios de un mundo olvidado, Hijos de la niebla y Fruto del Invierno Boreal. Tal como podemos leer en la reseña del propio autor:
En este volumen se reúnen tres historias de corte sobrenatural donde
el autor hace un guiño a los insondables misterios de esa realidad real
que el gran Howard Phillips Lovecraft nos presentó a
través de su fantástica y a la vez demencial cosmogonía, y que otros
grandes de la literatura fantástica y de terror han ido enriqueciendo a
lo largo de los años.
El protagonista de cada uno de los relatos
expuestos se verá trasladado a lugares remotos de la consciencia donde
la realidad se presenta en su estado más crudo y primigenio. La
incomprensión propia de la mente aséptica del hombre moderno, la
angustia ante lo imposible y el horror de la visión de lo irreal serán
los compañeros de viaje del lector a través de esta trilogía de lo
grotesco.
En Hijos de la Niebla, el
protagonista comprenderá que no hay que jugar con el fino tejido que
sirve de límite entre la verdadera naturaleza y la pantomima que el
hombre entiende por realidad. Vestigios de un mundo Olvidado es la historia de un periodista que se topa de frente con la esencia misma de lo irreal en su más infame representación. En Fruto del Invierno Boreal,
un expedicionario a sueldo aprenderá, con el horror como tinta de su
cuaderno de anotaciones, cómo la naturaleza queda mucho más allá de lo
vegetal, lo animal o lo inerte.
Este es el primer volumen de la colección A Tribute to HP Lovecraft,
donde el autor conecta sus historias con la mitología creada por el
conocido escritor y sus corresponsales, usándola fielmente como elemento
de fondo, o complementándola con nuevas entradas a su imaginario de
espantos inefables.
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