El cementerio de Copp´s Hill en Boston en la actualidad. |
El cementerio de Copp´s Hill en una fotografía de 1920. |
A principios de 1923, Lovecraft visitó el antiguo e histórico barrio North End de Boston (Massachusetts) y subió al cementerio de Copp Hill, que se estableció en lo alto de una colina en 1659, originalmente bajo el nombre de North Burying Ground, siendo el segundo cementerio más antiguo de la ciudad. En dos cartas, enviada una a Alfred Galpin en 1923 y otra a Reinhard Kleiner en 1924, les relataba la visita a dicho lugar con las siguientes palabras:
En la actualidad, esta parte de la ciudad es un barrio italiano del tipo más miserable (...). Desde allí, subí los escalones hacia esa fascinante necrópolis, el cementerio de Copp Hill. Este último lugar tiene para mí una fascinación singular (...) Aquí están algunos de los muertos coloniales más ilustres de la Provincia, incluidos los Mathers, que me interesan por mi posesión de la "Magnalia Christi Americana" de Cotton Mather. Pero el encanto principal del paisaje está en todo el amplio efecto; la sombría cima de la colina con su horizonte de cielo plomizo, mástiles portuarios y techos coloniales. Sobre el césped había una fina capa de nieve, a través de la cual las losas se asomaban sombríamente mientras los árboles negros sin hojas arañaban un cielo siniestro (...). Mientras contemplaba las losas de pizarra negra que se alzaban horriblemente sobre la nieve, y miraba las chimeneas adyacentes, fue difícil darse cuenta de que habían pasado dos siglos desde el apogeo de mi aera en particular (...) De fantasía, podría evocar el Boston de finales del siglo XVII con sus calles estrechas, empinadas y curvas y pintorescas casas de madera y ladrillo.
En la actualidad, esta parte de la ciudad es un barrio italiano del tipo más miserable (...). Desde allí, subí los escalones hacia esa fascinante necrópolis, el cementerio de Copp Hill. Este último lugar tiene para mí una fascinación singular (...) Aquí están algunos de los muertos coloniales más ilustres de la Provincia, incluidos los Mathers, que me interesan por mi posesión de la "Magnalia Christi Americana" de Cotton Mather. Pero el encanto principal del paisaje está en todo el amplio efecto; la sombría cima de la colina con su horizonte de cielo plomizo, mástiles portuarios y techos coloniales. Sobre el césped había una fina capa de nieve, a través de la cual las losas se asomaban sombríamente mientras los árboles negros sin hojas arañaban un cielo siniestro (...). Mientras contemplaba las losas de pizarra negra que se alzaban horriblemente sobre la nieve, y miraba las chimeneas adyacentes, fue difícil darse cuenta de que habían pasado dos siglos desde el apogeo de mi aera en particular (...) De fantasía, podría evocar el Boston de finales del siglo XVII con sus calles estrechas, empinadas y curvas y pintorescas casas de madera y ladrillo.
Lovecraft vio este antiguo camposanto justo a tiempo, ya que en una visita posterior en el verano de 1927 se sintió decepcionado al descubrir que grandes áreas del casco antiguo habían sido derribadas y niveladas para construir nuevas viviendas. Como curiosidad, unos años más tarde, Lovecraft haría que Pickman pintara una escena macabra en dicho lugar, en el conocido relato El modelo de Pickman, en el que podemos leer el siguiente párrafo:
¡Cómo podía Pickman pintar esas cosas! Había un bosquejo llamado “Accidente en el Metro”, donde se veía una jauría de los seres malignos brotando de una descomunal catacumba por una grieta del suelo y atacando a la multitud que esperaba en la plataforma. Otro mostraba una danza en la Copp’s Hill entre las tumbas, pero en la actualidad. También había varias vistas de sótanos, con monstruos entre saliendo de agujeros y grietas de la mampostería, haciendo siniestros gestos sin dejar de mantenerse agazapados tras barriles o calefactores a la espera de la primera víctima que bajara por la escalera.
¡Cómo podía Pickman pintar esas cosas! Había un bosquejo llamado “Accidente en el Metro”, donde se veía una jauría de los seres malignos brotando de una descomunal catacumba por una grieta del suelo y atacando a la multitud que esperaba en la plataforma. Otro mostraba una danza en la Copp’s Hill entre las tumbas, pero en la actualidad. También había varias vistas de sótanos, con monstruos entre saliendo de agujeros y grietas de la mampostería, haciendo siniestros gestos sin dejar de mantenerse agazapados tras barriles o calefactores a la espera de la primera víctima que bajara por la escalera.
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