Tzvetan Todorov. |
En 1970 la editorial francesa Editions du Seuil publicó un ensayo clave en la literatura de fantasía, que llevaba por título Introduction á la littérature fantastique (Introducción a la literatura fantástica), del lingüista, filósofo, historiador y crítico búlgaro-francés Tzvetan Todorov (1939-2017), un destacado personaje de la cultura europea del siglo XX, que en 2008 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Esta obra de 171 páginas, editada en castellano por vez primera en Argentina en 1972 por la Editorial Tiempo Contemporáneo, es una de las propuestas más difundidas sobre el tema. De hecho, suele verse como parte del temario de
algunos talleres de escritura dedicados a la literatura fantástica.
Siguiendo algunas de las características de la definición que sobre
literatura fantástica realizó Guy de Maupassant, Todorov profundizó la
definición y nombró las dos características principales que, según él,
identifican al género fantástico: la vacilación del lector en torno a
los fenómenos narrados y una forma de leer dichos fenómenos que no sea
ni poética ni alegórica. También hizo algunas breves referencias a uno de los autores destacados del género, Lovecraft, como en este pasaje del ensayo:
Otra actitud para situar lo fantástico, mucho más difundida entre los teóricos, consiste en ubicarse desde el punto de vista del lector: no el lector implícito al texto, sino el lector real. Tomaremos como representante de esta tendencia a H.P. Lovecraft, autor de relatos fantásticos que consagró una obra teórica a lo sobrenatural en la literatura. Para Lovecraft el criterio de lo fantástico no se sitúa en la obra sino en la experiencia particular del lector, y esta experiencia debe ser el miedo. "La atmósfera es lo más importante pues el criterio definitivo de autenticidad (de lo fantástico) no es la estructura de la intriga sino la creación de una impresión específica. (...) Por tal razón, debemos juzgar el cuento fantástico no tanto por las intenciones del autor y los mecanismos de la intriga, sino en función de la intensidad emocional que provoca. (...) Un cuento es fantástico, simplemente si el lector experimenta en forma profunda un sentimiento de temor y terror, la presencia de mundos y potencias insólitas." (Página 16). Los teóricos de lo fantástico invocan a menudo ese sentimiento de miedo o de perplejidad, aun cuando la doble explicación posible es para ellos la condición necesaria del género.
No hay comentarios:
Publicar un comentario