En uno de los más conocidos relatos de Lovecraft, Más allá del muro del sueño (1919), encontramos una referencia directa a un reputado astrónomo estadounidense, Garrett P. Serviss (1851-1929), que fue un divulgador científico con decenas de obras publicadas y también uno de los primeros escritores de ciencia ficción. Lovecraft, que como sabemos era un gran aficionado a la astronomía ya desde su temprana niñez, conocía al dedillo la obra de Serviss, y aprovechó la ocasión para introducir en el mencionado relato una cita extraida de uno de sus más importantes ensayos, Astronomy with the Naked Eye (1908), un volumen que contenía una detallada descripción de las estrellas, planetas y constelaciones conocidas hasta el momento. El pasaje del relato de Lovecraft en el que aparece la cita del trabajo de Serviss es el que concluye el cuento, y es el que sigue:
Como ya he admitido, mi superior, el viejo doctor Fenton, niega la realidad de cuanto he dicho. Afirma que me hallaba colapsado por la tensión nerviosa y sumamente necesitado de las largas vacaciones con sueldo completo que tan generosamente me concedió. Jura por su honor profesional que Joe Slater no era sino un paranoico incurable, cuyas fantásticas concepciones debían proceder de la tosca herencia de cuentos populares que circulan aún en la más decadente de las comunidades. Todo eso dice... aunque no puedo olvidar lo visto en el cielo tras la noche de Slater. Para evitar que me creáis un testigo parcial, será otra pluma la que de éste último testimonio, que quizás pueda suplir el clímax que esperabais. Reseñaré el siguiente informe sobre la estrella Nova Persei, extraído de las notas de esa eminente autoridad astronómica, el profesor Garrett P. Serviss.
«El día 22 de febrero de 1901, una nueva y maravillosa estrella fue descubierta por el doctor Anderson, de Edimburgo, no lejos de Algol. Ningún astro era antes visible en ese lugar. En veinticuatro horas, la desconocida había alcanzado brillo suficiente como para opacar Capella. En una semana o dos había aminorado visiblemente, y con el paso de unos pocos meses apenas era visible a simple vista.»
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