En el número del 21 de octubre de 1990 del periódico catalán Diari de Girona, que fue fundado originalmente en 1943, en una sección cultural llamada Viure al dia, apareció un artículo titulado Un enamorat dels malsons, esto es, Un enamorado de las pesadillas, firmado por la filóloga y escritora de origen argentino Silvia Adela Kohan. Se trata de una breve columna que, recordando a Lovecraft en el primer centenario de su nacimiento, analiza su vida y obra a muy grandes rasgos, y que en su traducción al castellano, dice así:
«Todos mis relatos, por muy diferentes que sean entre ellos, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo estuvo poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas, pero viven todavía en el exterior, dispuestas en todo momento a volver para apoderarse de la tierra», dice Lovecraft sobre su escritura que —sin duda— combina magistalmente el caos y el talento, generalmente al servicio de lo sobrenatural. Howard Phillips Lovecraft nació en 1890 en Providence (Rhode Island), una aristocrática ciudad situada entre Nueva York y Boston. En su vida hubo tres mujeres que desempeñaron un rol sobreprotector: su madre, que le vestía como una niña; su esposa con la que convivió sólo dos años, y con su tía, la vieja Anne, que también se dedicó a atender ese ser frágil, que ganaba lo justo para vivir y para quien la fiesta comenzaba cuando, en el reino de su soledad, se disponía a escribir. De niño, se había refugiado en las bibliotecas, donde se maravillaba con "Las mil y una noches", los mitos griegos y se conmovía ante los relatos del torturado bostoniano con quien intentaba identificarse: Edgar Allan Poe. En una primera etapa, el terror, como núcleo temático, aparece instalado en el infierno que imagina en el fondo del mar. Entonces entra de lleno en el mundo del apocalíptico con las narraciones llamadas "Los mitos de Cthulhu", que rigen su producción posterior. Entonces se fue convirtiendo en una especie de gurú del más allá. Creó una serie de seres malditos, la máxima expresión de los cuales se da en el Necronomicón, libro disputado por los «seguidores» del popular escritor que buscaba el paraíso en épocas muy anteriores a la que le tocó vivir. Por último, después de su muerte el 1937, se convirtió en un autor popular, hecho que le hubiera horrorizado. Escribió tanto que hasta la fecha los editores siguen descubriendo textos suyos.
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