En una entrevista publicada por el periódico catalán Avui el 13 de enero de 1985, realizada por el periodista y escritor catalán Juliá Guillamon (n. 1962) al cantautor Jaume Sisa (n. 1948), un icono de la contracultura underground catalana que ha influido en varias generaciones posteriores de músicos del llamado Rock catalán, y que inició su trayectoria musical en 1966, titulada Jaume Sisa, la normalitat de luxe, este confesaba que en su juventud se sintió atraído por la literatura fantástica y en concreto, por la de Lovecraft, haciendo una sorprendente declaración sobre el Necronomicón que podéis leer a continuación en su traducción al español:
PREGUNTA. Contrariamente a la imagen algo desgarrada que tú mismo ofreces, queridamente, como escritor, la gente que te conoce remarca especialmente tu rigor, tus lecturas... Parece que, como receptor, la literatura te ha interesado bastante.
RESPUESTA. Hombre, como cualquiera persona mínimamente sensible. He leído un poco de todo y no te sabría definir un género, una especialidad o un tema excesivamente determinados. Me ha interesado la literatura fantástica, muchas veces a través de los tebeos que leía de pequeño. Por eso siempre menciono a mi ídolo máximo, el doctor Franz de Copenhague y "Los grandes inventos del TBO" porque eso me parecía, y con el tiempo lo he visto confirmado, una barrera exacta entre poesía y ciencia. Eran unos inventos absolutamente inútiles donde ese buen hombre se había roto la cabeza una semana para conseguir que aquella cuerdecita moviera ese resorte y estirara una cadena, bajara el agua por ahí y semillas pasara por un canal y subiera manualmente y el paraguas se abriera... Pero claro, la literatura fantástica propiamente dicha también me ha atraído. Durante una temporada me enrollé mucho con Lovecraft y "Los mitos de Cthulhu". Yo fui de esos que se llegaron a creer, no sé si como muchos lectores, que el Necronomicón existe o existía. Recuerdo que, con un amigo mío leíamos el libro y lo comentábamos, absolutamente apasionados, hasta el punto que este amigo se fue a Simancas, al archivo donde se dice que se encuentra el Necronomicón, y al volver, no sólo no se había desvelado el enigma sino que el misterio había subido de valor ya para siempre. En esta biblioteca había un 90% de libros que los puede consultar cualquier persona que vaya. Hay un 5% que sólo pueden ser consultados por eruditos o especialistas de una determinada materia que justifiquen que lo son. En un 4% sólo tienen acceso presidentes, ministros, rectores de Universidades, premios Nobel... y un 1 % sólo son consultables por el papa o por el rey, lo que se ve que también ocurre con otros bibliotecas importantes del mundo, como la Vaticana. Cuando nos enteramos del caso pensamos: seguro que el Necronomicon está allí, y lo que debemos hacer es planear alguna cosa, entrar y robarlo...
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