En la edición del 11 de agosto de 1988 del periódico español La Vanguardia, que empezó a editarse en 1881 en Barcelona, apareció un artículo titulado Yog-Sothoth vive, firmado por el periodista y escritor Víctor Amela (n. 1960). Se trata de un texto en el que se reseña un libro de relatos de terror que Lovecraft consideraba los más representativos del género de reciente publicación, El horror según Lovecraft, publicado por Siruela en dos volúmenes y que reeditaría en 2013, como escribí en esta entrada. Entre otras afirmaciones, Amela escribió lo siguiente sobre Lovecraft:
El sumo sacerdote Ech-Pi-El sigue convocando fervorosos catecúmenos desde el otro lado del umbral. Su círculo de iniciados crece, su culto perdura. ¡Quién lo hubiera dicho! Como un Van Gogh del relato de horror, H. P. Lovecraft ( 1890-1937), que malvivió prostituyendo su pluma, conoce fama y gloria crecientes desde la hora de su muerte. Lovecraft, el sumo sacerdote Ech-Pi-El (transcripción fonética inglesa de sus iniciales, H. P. L.),que asi se bautizó entre su grupo de amigos en el amor a la Literatura, en la pasión por el misterio y en la fascinación por el escalofrío, es ya el Poe del siglo XX. Como Poe, vagó noches enteras por las calles de Providence, gozó de inteligencia e imaginación infrecuentes, sublimó sus tormentos internos en relatos inclinados a lo macabro y terrorífico y, como Poe, murió joven. Pero creó escuela, fue el profeta de una nueva mitología literaria, la de Cthulhu. y el influjo de su obra ha marcado decisivamente el desarrollo del género de terror (y no sólo de éste: también el de la ciencia-ficción) a lo largo de la segunda mitad de nuestro siglo.(...) Es ésta una genealogía del cuento de miedo como podría haber otras. Naturalmente, en sólo veintinueve relatos (que son los aquí copiados) difícilmente puede estar todo, pero todo lo que está es. Juan Antonio Molina Foix, antólogo de estos volúmenes, ha seguido un criterio muy claro: acogerse a los gustos de Lovecraft, verdadero experto e insuperable sibarita del género. No en vano su ensayo “Supernatural horror in literature” es el más conseguido estudio sobre el asunto. Molina Foix ha elegido relatos comentados elogiosamente por Lovecraft en esa obra y en su amplio epistolario, y se ha tomado la libertad de incluir algunos no señalados por el escritor de Providence, pero que el antólogo juzga interesantes tanto por la relevancia de su autor como por la aportación al género del relato en cuestión (varios de los cuales, por otra parte, ven la luz en castellano por vez primera).Así, el lector puede viajar con esta obra desde el nacimiento del moderno cuento de miedo de mano de la novela gótica., en las postrimerías del siglo XVIII, hasta Lovecraft (el último relato de la antología es “El horror de Dunwich”, en el que se agolpan varias de las constantes lovecraftianas).Algunos de estos cuentos parecen tener poco en común con las obsesiones específicas de Lovecraft, pero él los admiraba por sus recursos; en otros descubrimos inesperadas concomitancias (verbigracia, “El relato de Edward Randolph”. de Hawthorne, con ‘El modelo de Pickman”, de Lovecraft), entre obras más predecibles.
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