lunes, 4 de junio de 2018

SIR THOMAS TRYOUT


Lovecraft y Charles W. Smith en 1931.





Durante toda su vida, Lovecraft demostró un gran cariño hacia los gatos, y además de tener a varios de ellos como mascotas en las diferentes casas que habitó desde su niñez, no dudaba en alimentar y cuidar a los gatos callejeros, o a los de sus amigos y corresponsales. Entre esos gatos, cabe destacar uno al que incluso dedicó un poema cuando murió en 1921. Se trataba de Thomas, el gato de su gran amigo, Charles W. Smith (1852-1948), de Havervill (Massachusetts) y editor de la famosa revista The Tryout de 1914 a 1946, y en la que Lovecraft colaboró en muchas ocasiones. Después de visitar en junio de 1921 a Smith, al que visitaría en varias ocasiones más, como en octubre de 1931, fecha de la que data la única fotografía que existe de ambos compañeros juntos, estando de vuelta en Providence su amigo le comunicó la muerte de su gato Thomas el 15 de noviembre de 1921, un animal al que Lovecraft cogió bastante cariño. De hecho, lo demostró escribiendo el poema que hemos mencionado, titulado Sir Thomas Tryout. Died November 15, 1921, calificando al felino de Sir o caballero, lo que demuestra el aprecio que el escritor de Providence profesaba a la mascota de Smith. El poema, de 36 versos y publicado en la propia revista The Tryout en su número 7, 9, de diciembre de 1921, bajo el seudónimo de Ward Phillips, iba encabezado por unas palabras que decían lo siguiente:
To the venerable cat of a quaint gentleman in His Majesty’s Province of ye Massachusetts-Bay, who publishes an amateur magazine call’d The Tryout.
En su traducción al castellano, sería así:
Al venerable gato de un pintoresco caballero de la provincia de Su Majestad de la Bahía de Massachusetts, que publica una revista de aficionados llamada The Tryout.
El poema, aunque podéis leerlo en este enlace, os lo copio íntegramente en su versión original en inglés:


The autumn hearth is strangely cold
     Despite the leaping flame,
And all the cheer that shone of old
     Seems lessen’d, dull’d, and tame.
For on the rug where lately doz’d
     A small and furry form,
An empty space is now disclos’d,
     That no mere blaze can warm.
The frosty plain and woodland walk
     In equal sadness sigh
For one who may no longer stalk
     With sylvan hunter’s eye.
And if as olden Grecians tell,
     Amidst the thickets deep
A host of fauns and dryads dwell,
     I know that they must weep.
Must weep when autumn twilight brings
     Its mem’ries quaint to view,
Of all the little playful things
     That TOM was wont to do.
So tho’ the busy world may pass
     With ne’er a tearful sign
The tiny mound of struggling grass
     Beneath the garden vine,
There’s many an eye that fills tonight,
     And many a pensive strain
That sounds for him who stole from sight
     In the November rain.
No sage can trace his soul’s advance,
     Or say it lives at all,
For Death against our curious glance
     Has rear’d a mighty wall.
Yet tender Fancy fain would stray
     To fair Hesperian bow’rs,
Where TOM may always purr and play
     Amidst the sun and flow’rs.


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