En las primeas semanas de 1934, como podemos leer en una de sus cartas de esos días, Lovecraft leyó un ensayo sobre la historia de Roma en las islas británicas, titulado Wanderings in Roman Britain, publicado en 1926 y obra del egiptólogo e historiador británico Arthur Weigall (1880-1934), quien fue uno de los que ayudaron al famoso Howard Carter a trabajar bajo la protección de Lord Carnarvon, lo que llevó al descubrimiento de la tumba del faraón Tutankamon en 1922. Esta obra, que tuvo varias reediciones, anuló las concepciones anteriores de Lovecraft sobre las probables raíces históricas del mítico Rey Arturo. Lovecraft consideró a partir de entonces que Arturo ya no era un "jefe tribal de habla cymrica" galés, sino "el último de los romanos" vivo en las Islas Británicas después de la retirada de las legiones romanas en torno al siglo IV. Esto es interesante en cuanto a que sugiere que Lovecraft no había visto reseñas del respetable libro de Weigall. Ni siquiera parece haber oído hablar de la idea propuesta, lo que podría indicar que en los años 1926-1934 no estaba realmente siguiendo la arqueología británica o la historia de la Edad Media. Esto resulta curioso para alguien que para entonces había estado manteniendo correspondencia con Robert Howard sobre estos temas durante tres años.
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