viernes, 1 de marzo de 2024

H.P. LOVECRAFT




En el número del 3 de noviembre de 2013 del periódico peruano Trome, un diario popular fundado en 2001 que es a día de hoy el más vendido de habla hispana,​ con más de setecientos mil ejemplares al día y superando a periódicos como el argentino Clarín, el mexicano La Prensa y el español El País, la columna de opinión llamada Pico TV, firmada por Víctor Patiño, bajo el seudónimo de "El Búho" (una columna en la que escribe sobre cualquier cuestión de las que la gente quiere oír, hablar, ya sean espectáculos, libros, películas, deportes, crímenes o los chismes que tanto se prodigan en algunos diarios y televisores) se centró en la figura de Lovecraft bajo el sencillo título H.P. Lovecraft. En el texto, podemos leer lo siguiente:

Este Búho, desde niño, sintió un gusto masoquista por las narraciones de terror. Mis lectores ya saben la admiración que profeso por el gran Edgar Allan Poe, el verdadero maestro del género. O por el francés Guy de Maupassant, otro ‘peso pesado’. Pero nunca mencioné a un escritor que marcó a este columnista, a mediados de 1980 en la Universidad de San Marcos, cuando cayó a mis manos una colección de cuentos de ficción y terror. Allí descubrí a H.P. Lovecraft.

Este alucinado escritor siempre se declaró admirador de Poe. Norteamericano como él, puede decirse que es un discípulo aventajado del escritor de Baltimore. Nació en Providence, Rhode Island, el 20 de agosto de 1890, o sea, es un escritor que se inicia con el siglo XX. Fue un niño prodigio y, desde muy pequeño, se aficionó a las novelas policíacas. A los trece, ¡formó una agencia de detectives en su pueblo! Por problemas de salud, no pudo asistir al colegio y su formación fue autodidacta, gracias a la orientación de su abuelo. Se adentró al estudio de la astronomía, física y química, y vivía como un ermitaño con casi sin contacto con el mundo exterior, a excepción de su sobreprotectora madre que le dejó una influencia negativa en su personalidad y lo volvió un antisocial.

Se convirtió en un escritor desconocido, de escasas ventas, al punto que su impresionante y compleja obra recién sería conocida una vez muerto, pues debió trabajar de corrector de otros autores y hasta de ‘escritor fantasma’ para otros autores a fin de sobrevivir. Este columnista conoció a nuestro autor por sus relatos más terroríficos, agrupados en los celebres: ‘Los mitos de Cthulhu’, que son los que escribe en su etapa de madurez entre 1925 – 35.

Aquí, Lovecraft vuelca todos sus demonios y sus alucinaciones para construir un universo horrísono, con dioses malignos, donde le da luz pública al célebre ‘Necronomicón’, ese relato secreto árabe, Adbul Alhazred, profano, maldito, que ha dado pie a decenas de películas hollywoodenses de terror y hasta se han impreso libros apócrifos del mito y se han vendido en miles de dólares. La manera tan descarnada y la forma de escritura arcaica que, intencionalmente, imprimía en sus cuentos de ‘Los mitos’ han hecho de Lovecraft un maestro en este género.

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