James Holmes, autor del artículo. |
El pasado 4 de septiembre, en la revista digital estadounidense 19FortyFive (aquí su web), en la que diversos expertos en política y diplomacia abordan asuntos de política internacional y temas militares, apareció un artículo titulado Read H.P. Lovecraft to understand War (en español, Leer a H.P. Lovecraft para entender la guerra). Es un texto muy curioso de James Holmes, ex oficial de la Marina de Estados Unidos y doctor en Filosofía que ocupa la Cátedra JC Wylie de Estrategia Marítima en el Naval War College de Newport (Rhode Island), ya que aborda el tema de la guerra (sobre todo, la que se libra en la actualidad en Ucrania tras la invasión de Rusia en febrero de este año), desde la perspectiva de la literatura de Lovecraft y su horror cósmico. En concreto, Holmes menciona un artículo del profesor Leo Blanken, que publicó en Strategy Bridge, inspirado en parte por los escritos de Lovecraft. Titulado “Los campos de batalla extraños y espeluznantes del mañana: donde la ficción de terror se encuentra con la planificación militar”, el artículo se basa en un crítico literario del que asegura que nunca había oído hablar, el difunto Mark Fisher, del que escribí en esta entrada. El razonamiento de Holmes, citando la obra de Fisher, concluye de esta manera:
¿Qué tiene que ver todo esto con los esfuerzos bélicos? Blanken postula, y estoy de acuerdo, que consumir ficción extraña prepara a los practicantes y analistas militares para notar anomalías extrañas o espeluznantes en la profesión de las armas. Detectar un fenómeno es el primer paso para adaptarse a él o convertirlo en una ventaja. La ficción extraña puede ayudarnos a dar sentido al pasado, examinar el mundo que nos rodea y, potencialmente, vislumbrar el futuro. Fisher atribuye a la Primera Guerra Mundial el inicio de una "ruptura traumática con el pasado" que permitió que floreciera la marca de ficción extraña de Lovecraft. Blanken examina la Gran Guerra a través del prisma extraño/inquietante, encontrando anomalías (cosas que faltan que deberían haber estado allí, o cosas notoriamente fuera de sintonía con la realidad anterior a la guerra) que deberían haber sido evidentes para los militares en ese momento.
Miremos a través de ese prisma en el presente. Hacerlo nos ayuda a hacer buenas preguntas. ¿Aviones y barcos autónomos y sin tripulación? Misterioso; nadie. ¿Inteligencia artificial que aprende más rápido que los seres humanos y podría burlarlos y vencerlos? Extraño; se supone que las máquinas son nuestros sirvientes. ¿Ciberespacio que existe en todas partes y en ninguna? Eso es extraño y espeluznante.
O miren la guerra rusa en curso contra Ucrania. Las imágenes de pueblos o ciudades ucranianas vacías de personas después del bombardeo aéreo o con misiles rusos son espeluznantes. Se supone que los habitantes deben estar allí, pero no lo están gracias a la agresión rusa. Eso es inquietante y afrenta a la conciencia. Estas imágenes atraen la simpatía de los partidarios externos de Ucrania, lo que los impulsa a realizar importantes desembolsos de fondos e implementos militares de todo tipo. Lo espeluznante puede tener ramificaciones políticas.
Podéis leer el texto completo en inglés en este enlace.
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