En 2013 salió al mercado el primer número de una revista digital llamada Herejía y Belleza (HyB), una publicación de investigación académica relativa a lo gótico en sus diversas manifestaciones estéticas, bien sean pictóricas, musicales o literarias en España, coordinada por Pedro Ortega. En este número 1 se incluyó un artículo titulado Los Mitos de Lovecraft, a cargo de Alba Valleja Picado, de la Universidad de Deusto, y profesora de inglés en la Universidad de Ningbo (China), un breve estudio de 10 páginas acerca de la obra de Lovecraft, en concreto su mayor y más importante creación (los Mitos de Cthulhu), y su relevancia en la actualidad, tal y como se puede leer en la introducción:
Una figura que merece mención dentro de la literatura nor teamericana del siglo XX es Howard Philips Lovecraft, un escritor de novelas baratas que, si bien no son destacables desde el punto
de vista de la calidad, sí lo son desde la innovación. Lovecraft, como otros escritores de fantasía como el inglés J. R. R. Tolkien, fue creando un interesante entramado de viscosas criaturas,
libros malditos, rezos e invocaciones y localizaciones imaginarias (supuestamente existentes en lugares algo inexactos del interior de los Estados Unidos) que daba realismo a aquello que iba narrando y lo unía con sus otras historias. La diferencia más importante entre Lovecraft y otros creadores de pequeñas y grandes mitologías de la historia de la literatura es que él decidió que su sueño de llegar a confundir al lector entre ficción y realidad estaba por encima del dinero y la gloria individual, de modo que invitó a sus amigos (el llamado “Círculo Lovecraft”) y a los escritores de la posteridad a continuar con sus sagas, a inventar otras historias que contuvieran menciones a las suyas o los nombres que él había ido inventando y más por esa sensación de realidad y relación entre unas y otras, las obras de Lovecraft consiguieron enganchar a un gran número de adeptos y sus mitos se extendieron como la pólvora. Así, los guiños y homenajes a Lovecraft han seguido apareciendo en todas las expresiones del arte (música, cómic, literatura, cine, etc.) hastael día de hoy.
de vista de la calidad, sí lo son desde la innovación. Lovecraft, como otros escritores de fantasía como el inglés J. R. R. Tolkien, fue creando un interesante entramado de viscosas criaturas,
libros malditos, rezos e invocaciones y localizaciones imaginarias (supuestamente existentes en lugares algo inexactos del interior de los Estados Unidos) que daba realismo a aquello que iba narrando y lo unía con sus otras historias. La diferencia más importante entre Lovecraft y otros creadores de pequeñas y grandes mitologías de la historia de la literatura es que él decidió que su sueño de llegar a confundir al lector entre ficción y realidad estaba por encima del dinero y la gloria individual, de modo que invitó a sus amigos (el llamado “Círculo Lovecraft”) y a los escritores de la posteridad a continuar con sus sagas, a inventar otras historias que contuvieran menciones a las suyas o los nombres que él había ido inventando y más por esa sensación de realidad y relación entre unas y otras, las obras de Lovecraft consiguieron enganchar a un gran número de adeptos y sus mitos se extendieron como la pólvora. Así, los guiños y homenajes a Lovecraft han seguido apareciendo en todas las expresiones del arte (música, cómic, literatura, cine, etc.) hastael día de hoy.
Podéis descargaros el texto completo en PDF en este enlace.
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