¿Cthulhu y el fútbol en el mismo saco? Parece un chiste, pero así lo encontramos en un artículo aparecido en el diario deportivo español As el 24 de mayo de 2020 y firmado por el periodista gallego Rafa Cabeleira, bajo el título Más que un Cthulhu. En este texto de opinión, Cabeleira hacía referencia al caso conocido como Barçagate, una supuesta campaña de difamación del F.C. Barcelona en las redes sociales destapada el 17 de febrero de 2020, y utilizaba el terror de Lovecraft para comparar la calma y el silencio que preceden al terror que se vivía en el ambiente del famoso club catalán de fútbol después de destaparse aquel escándalo. Aunque podéis leer el texto completo en este enlace, a simple título de curiosidad, lo tenéis completo bajo estas líneas:
Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft, entre otros, nos legaron excelentes relatos de terror mucho antes de que un señor suizo con demasiado tiempo libre fundara el Fútbol Club Barcelona. En realidad, esto es cierto solo a medias, pues Lovecraft sí que compartió espacio temporal con aquel Barça primigenio de Hans Gamper, aunque dudo mucho que fuera consciente de su existencia porque, entre otras cosas, lo que todavía no existía era el Diario AS. Eso descarta, por ejemplo, que su archiconocido monstruo Cthulhu tenga algo que ver con Chitalu, una creación posterior de nuestro compañero Tomás Roncero que reinventó este género fantástico con un relato de comienzo arrollador: "Entre fanfarrias, fuegos artificiales y loas desmesuradas por el presunto récord goleador de la historia firmado por Messi, en un bello rincón de África, Zambia, siguen llevando flores cada mañana a la tumba del verdadero dueño de este registro". El miedo, para surtir verdadero efecto en el lector, viene siempre precedido de cierta calma. En el Barça actual, como en el cine, esa calma que antecede a la explosión de terror en algunos grandes clásicos de la literatura ha sido sustituida por el silencio: una técnica que nunca falla por aquello del factor sorpresa. Parece que fue ayer cuando, desde el club, se anunció una auditoría para explicar,""con luz y taquígrafos", lo que dio en bautizarse como el Barçagate. Pero no fue ayer, no: fue el 21 de febrero de este mismo año, dato importante porque no conviene descartar que el oscurantismo se prolongue durante décadas y sea entonces necesario explicar a nuestros nietos en qué año -o siglo- se inició aquella famosa investigación sobre los supuestos desmanes de i3VEntures y la parte contratante de la primera parte. El planteamiento, como ven, contiene todos los elementos necesarios para que, llegado el momento, el espectador se lleve las manos a la cara en gesto defensivo contra el espanto. Este Barça, más que un club, es ya un nuevo y tenebroso Cthulhu: malas noticias para el socio y aficionado culé, pero excelentes para el Festival de Terror de Molins del Rei y el restablecimiento de la vieja normalidad. Aquí no se consuela el que no quiere.
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