Como muchos de vosotros sabréis, El Jueves es una revista de humor satírico que fue fundado en Barcelona en 1977 y que aborda todos los temas de actualidad de nuestro país y del mundo.Pues bien, en su página web he encontrado un divertido artículo titulado El Necronomicón está escrito en Comic Sans, fechado en enero de 2009, en el que se aborda en clave de humor el famoso libro creado por Lovecraft. Aquí os dejo el texto completo:
Muchos ingenuos creen que el Necronomicón no es más que un mito, un engaño, un libro ficticio inventado por el escritor H. P. Lovecraft para dar solidez a su mundo narrativo de oscuras religiones y bibliografía arcana. Pero como bien saben los espectadores de Cuarto milenio, los observadores de platillos volantes y demás mentes despiertas, el libro maléfico existe. Su perverso contenido, inspirado por monstruosos dioses de la Antigüedad, puede enloquecer al incauto que lea apenas unos renglones. Bibliotecas de París, Londres y Arkham (Massachussets) guardan bajo llave las únicas copias conocidas; y si hasta ahora ningún curioso había accedido a ellas, era porque siempre estaban cogidas en préstamo. Pero ahora que un ex becario del British Museum ha devuelto por fin su ejemplar —después de tenerlo en casa sesenta y ocho años—, sus secretos asoman de nuevo a la luz pública, revelando el horror de su naturaleza con datos como el que acabamos de conocer: ¡el Necronomicón está escrito en Comic Sans!
Todo hace pensar que fue el mítico árabe loco Abdul Alhazred, autor del manuscrito original —y, según muchos miopes, otro personaje inventado por el sobrevalorado Lovecraft— quien forjó, poseído por demonios de otra dimensión, la infame tipografía que ha hecho perder la cordura a los lectores del libro. Alhazred sería, pues, el creador de la fuente que siglos más tarde Bill Gates (otro conocido adorador de Cthulhu y enemigo de la Humanidad, en general) incorporaría en el sistema operativo Windows, desde donde su ominosa forma se extendería por todos los soportes.
Recuerden, quienes la utilicen para escribir e-mails o rotular sus repulsivos tebeos, que esas letras fueron diseñadas para invocar a los Antiguos y traer el apocalipsis. El mal acecha a quienes arrastran sus ojos por las ensangrentadas páginas del Necronomicón. Desentrañar sus secretos no les traerá más que desgracia. (Fíjense, por ejemplo, en el tipo que lo cogió de la biblioteca hace sesenta y ocho años: la multa por devolverlo ahora le ha costado un huevo y la yema del otro. ¡Ah, desgraciado! ¡Somos títeres! ¡Títeres en manos de los dioses primordiales!)
Fuente:www.eljueves.es
Muchos ingenuos creen que el Necronomicón no es más que un mito, un engaño, un libro ficticio inventado por el escritor H. P. Lovecraft para dar solidez a su mundo narrativo de oscuras religiones y bibliografía arcana. Pero como bien saben los espectadores de Cuarto milenio, los observadores de platillos volantes y demás mentes despiertas, el libro maléfico existe. Su perverso contenido, inspirado por monstruosos dioses de la Antigüedad, puede enloquecer al incauto que lea apenas unos renglones. Bibliotecas de París, Londres y Arkham (Massachussets) guardan bajo llave las únicas copias conocidas; y si hasta ahora ningún curioso había accedido a ellas, era porque siempre estaban cogidas en préstamo. Pero ahora que un ex becario del British Museum ha devuelto por fin su ejemplar —después de tenerlo en casa sesenta y ocho años—, sus secretos asoman de nuevo a la luz pública, revelando el horror de su naturaleza con datos como el que acabamos de conocer: ¡el Necronomicón está escrito en Comic Sans!
Todo hace pensar que fue el mítico árabe loco Abdul Alhazred, autor del manuscrito original —y, según muchos miopes, otro personaje inventado por el sobrevalorado Lovecraft— quien forjó, poseído por demonios de otra dimensión, la infame tipografía que ha hecho perder la cordura a los lectores del libro. Alhazred sería, pues, el creador de la fuente que siglos más tarde Bill Gates (otro conocido adorador de Cthulhu y enemigo de la Humanidad, en general) incorporaría en el sistema operativo Windows, desde donde su ominosa forma se extendería por todos los soportes.
Recuerden, quienes la utilicen para escribir e-mails o rotular sus repulsivos tebeos, que esas letras fueron diseñadas para invocar a los Antiguos y traer el apocalipsis. El mal acecha a quienes arrastran sus ojos por las ensangrentadas páginas del Necronomicón. Desentrañar sus secretos no les traerá más que desgracia. (Fíjense, por ejemplo, en el tipo que lo cogió de la biblioteca hace sesenta y ocho años: la multa por devolverlo ahora le ha costado un huevo y la yema del otro. ¡Ah, desgraciado! ¡Somos títeres! ¡Títeres en manos de los dioses primordiales!)
Fuente:www.eljueves.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario