lunes, 28 de noviembre de 2011

OTRA VEZ

Hoy os dejo un brevísimo cuento que escribí hacia el año 2002, o sea, cuando tenía 17 años, muy influenciado por el famoso poema El Cuervo(1845)de Edgar Allan Poe.En breve os iré dejando algunos de los relatos que he escrito y,que de momento, no he tenido oportunidad de publicar.



Otra vez.
Esta noche ha vuelto, como siempre, con su oscura silueta de mal agüero.Todas las noches viene a mi ventana y entre las cortinas, contra el limpio cristal plateado, bajo la atenta mirada de la pálida luna, el cuervo revolotea nervioso, graznando con áspera voz de viejo.
Otra vez. Con sus plumas de azabache, sus ojos vidriosos, su cuerpo frágil y feo, sus alas negras como la noche, su pico de carbón...Otra vez.
Yo leía bajo la débil luz de una lámpara, arropado en el silencio pueblerino de la noche, cuando el aleteo, el espantoso aleteo del cuervo, me atrajo a la ventana, entreabierta para dejar pasar el fresco. Abrí la ventana y me lo encontré en el alféizar, escrutándome con sus malévolos ojos sin vida, pero brillantes de...¿inteligencia? Un escalofrío me recorrió la espalda, como una corriente eléctrica, y con cierto miedo me retiré de la ventana, mientras el cuervo, el maldito y condenado cuervo, otra vez, graznó tres veces y echó a volar recortándose contra la blanca luna.Caí al suelo sudando de pavor, estremecido, otra vez, mientras en mis retinass quedaron grabados los ojos como pozos del ave agorera. Y otra vez, como cada noche, a modo de amenaza o de advertencia, el cuervo graznó a lo lejos, pero pareció que el pajarraco estaba junto a mi oído,tan claro escuché sus graznidos.
Esta noche veraniega, mientras escribo estas desesperadas líneas, solo y atemorizado, aguardo con aprensión el fatal momento en el que el cuervo,con su silueta infernal, con su aleteo misterioso vuelva a raspar la ventana, a llamarme con su voz hueca,a llevarme...

Una semana después fue hallado en su casa el cuerpo sin vida de Ramiro Cuevas, un hombre de mediana edad aficionado a la escritura y al ocultismo, al que nadie había visto desde hacía bastante tiempo. Los vecinos aseguraron que se encerraba en el desván de su casa y dejaba la ventana abierta, y que lo veían asomarse con el rostro crispado por el terror vuelto hacia el cielo. El cuerpo fue encontrado con numerosas heridas de picotazos, sobre un charco de sangre, y con los ojos arrancados de manera horrible.Jamás se supo cómo murió.

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