jueves, 18 de febrero de 2021

LOVECRAFT, EL SUMO SACERDOTE DEL TERROR

 


 

En el número del 22 de agosto de 2015 del periódico español La Razón (aquí su página web), con motivo del 125 aniversario del nacimiento de Lovecraft, apareció un artículo titulado Lovecraft, el sumo sacerdote del terror, firmado por el periodista y sociólogo Jorge Vilches, profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Se trata de un breve texto que, como otros muchos parecidos, hace una semblanza general de la vida y la obra de Lovecraft, destacando los aspectos más importantes de su biografía, como podemos leer aquí:

El más destacado de aquellos escritores fue Howard Phillips Lovecraft, nacido en Providence, Rhode Island, en agosto de 1890. Su padre era un viajante mujeriego y juerguista que murió cuando Howard era un niño. Quedó entonces pegado a las faldas de su madre, de sus tías y de sus hermanas, que hicieron de él un niño retraído, solitario y enfermizo, que soñaba metido en la gran biblioteca de su abuelo. Con quince años escribió su primer cuento y se afilió a la United Amateur Press Association. Leía entonces los relatos impactantes de Edgar Allan Poe, los mundos oníricos de Lord Dunsany, las razas perdidas de Arthur Manchen, y las atmósferas asfixiantes de Ambrose Bierce. «Weird Tales» compró a Lovecraft el relato «Dagon» en 1917, y a partir deahí dedicó su vida a escribir relatos de terror y misterio al uso. La muerte de su madre en 1921 fue el final de una etapa en su genio creador. Emprendió nuevas lecturas, y muchas amistades por correspondencia que luego formaron el llamado «Círculo Lovecraft», entre los que estaban Robert Bloch , Robert E. Howard –el creador de «Conan»–, Henry Kuttner , o Clark Ashton Smith. Todos ellos personajes ciertamente extraños. En esta fase madura construyó los «mitos de Cthulhu», y creó el llamado «horror cósmico». Lovecraft fue capaz, y he aquí su importancia, de construir una cosmogonía propia, plagada de cultos ancestrales, ciudades escondidas y seres del espacio exterior, sacada de supuestos libros antiguos como el Necronomicon, del árabe loco Abdul Alhazred. August Derleth, uno de sus discípulos, que a su muerte se ocupó de rescatar su obra, aseguraba que su maestro, un ateo convencido, había leído a la teósofa Blavatsky, en concreto la Antropogénesis, y que, sin creer en ello, le había parecido una buena inspiración para sus mitos.        Y concluyendo con estas palabras:
Lovecraft murió en 1937 rodeado de sus amigos y de sus criaturas. Su influencia en la literatura, el cine, el cómic, e incluso los videos juegos, ha sido decisiva en la concepción de la historia de terror, inundando de misterio la existencia humana, el vacío, el silencio, el hedor, y esa terrible humedad que anuncia la venida de Cthulhu.

Podéis leer el artículo completo en este enlace.

 

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