Con motivo de la reedición en castellano de la conocida obra H.P. Lovecraft-Contra el mundo, contra la vida (1991), de Michel Houellebecq, que no había vuelto a ser editada en castellano desde 2006, en esta ocasión por la editorial Anagrama, con un prólogo de Stephen King, como anuncié en esta entrada y que podéis adquirir al precio de 17.90 euros en este enlace, en el periódico español El Confidencial apareció el pasado 23 de marzo un artículo titulado ¿Era H.P. Lovecraft completamente humano?, firmado por Daniel Arjona, redactor jefe de la sección de Cultura. Se trata de un texto en el que se habla sobre dicho ensayo, una obra importantísima en la bibliografía crítica y biográfica del autor de Providence, y en el que se destacan algunos aspectos de la vida de Lovecraft que Houellebecq ya señaló en su obra. A continuación podéis leer el texto completo, que tenéis en este enlace:
Advierte Houellebcq que Lovecraft no fue un teórico, que, como tantos escritores portentosos, hizo lo que hizo sin saber muy bien cómo lo hizo y, así, cuando intenta explicar su trabajo el resultado es errático y confuso. La clave para el francés fue la inaudita inserción del materialismo en el corazón del horror y lo fantástico que dio lugar a un género completamente nuevo. Sin vampiros ni hombres lobo en los que creer o no, ya no quedaba escapatoria posible. Qué importa atemorizar a nuestros banales sentimientos, lo que hay que helar es nuestro cerebro. Y el armazón de Lovecraft es tan aparentemente sencillo que después ha sido replicado hasta la náusea: arranca con un escenario de trivial felicidad que poco a poco va siendo agrietado por incidentes insignificantes aunque inquietantes. Hasta que las fuerzas del mal entran en escena. Pero a Lovecraft no le interesaban los finales, tan caros a los escritores norteamericanos, sus relatos son, según Houellebecq "jirones de miedo" que nunca se cierran sobre sí mismos y que pasan el testigo a otro nuevo relato para alimentar a un lector tan aterrado como adicto. Observen, por ejemplo, el inicio de 'En la noche de los tiempos', de 1934: "Después de veintidós años de pesadillas y terrores, aferrándome tan solo a la convicción de que algunas de mis impresiones fueron puramente imaginarias, no me atrevo a garantizar la veracidad de lo que creo haber descubierto en Australia Occidental la noche del 17 al 18 de julio de 1935. Tengo buenos motivos para abrigar la esperanza de que mi aventura pertenezca al terreno de la alucinación; no obstante, estuvo impregnada de un realismo tan espantoso, que aveces toda esperanza me parece imposible". Por cierto que otro gran escritor francés también empezó su carrera biografiando a uno de sus precursores, otro genio maldito y enloquecido tan parecido en más de una forma a Lovecraft. Nos referimos a Emmanuel Carrère y a su igualmente excepcional biografía de Philip K. Dick 'Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos'. Corona Houellebecq este pequeño milagro con una cifra tan escueta como perfecta del destino literario de Lovecraft: "ofrecer una alternativa a la vida en todas sus facetas, constituir una oposición permanente, un recurso permanente a la vida: tal es la misión más elevada del poeta en esta tierra. Howard Phillips Lovecraft cumplió esta misión".
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