lunes, 21 de febrero de 2022

CUANDO WOLLHEIM HIZO UNA FALSA RESEÑA DEL "NECRONOMICÓN"

 




Tal vez la primera ocasión en la que se presentó al Necronomicón como un libro real tuvo lugar en 1934, y fue una broma de uno de los jóvenes corresponsales de Lovecraft, Donald Wollheim. En torno a 1934, Wollheim envió a un pequeño periódico de Connecticut, el Bradford Review and East Haven News, una reseña de un libro: una traducción al inglés del Necronomicón realizada por un tal W.T. Faraday. En la reseña, afirmaba que aquella era la primera traducción del célebre grimorio ficticio al inglés a partir de la edición en latín de Olaus Wormius (es obvio que Wollheim no había leído entonces el texto de Lovecraft Historia del Necronomicón (1927), donde los hechos son distintos), y que era solo una tercera parte del libro original, que Faraday había evitado traducir por completo por seguridad para los hombres. En la reseña no se llegaba a mencionar a Lovecraft en ningún momento, aunque sí se decía que había inspirado a escritores como Ambrose Bierce o Robert W. Chambers. El artículo de Wollheim fue publicado sin conocimiento de Lovecraft, y no llegó a decírselo en las cartas que intercambiaron. En septiembre de 1936, Wollheim le envió la reseña a Willis Conover, de quien escribí en esta entrada, quien se la envió a su vez a Lovecraft, quien finalmente se dio cuenta de que era un engaño, y bromeó con Conover, diciéndole: Debo conseguir esta traducción de Faraday, aunque probablemente sea una falsificación. El propio Conover, en su obra Lovecraft al Last (1975), donde rememoraba sus años de correspondencia y amistad con el escritor de Providence, incluyó parte de la reseña de Wollheim, una deliberada farsa que divirtió al propio Lovecraft.

 

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