jueves, 19 de enero de 2023

LOVECRAFT: ENTRE EL TERROR Y LA MELANCOLÍA

 


El 29 de febrero de 2020, en la sección Documentos QR del medio digital Ceuta TV (aquí su página web oficial), ligado al canal privado de televisión Ceuta Televisión, creado en 2007, se publicó un artículo titulado Lovecraft: entre el terror y la melancolía, escritor por Rafael Ruiz Liñán y que podéis leer completo en este enlace. Entre otras afirmaciones, podemos leer un esbozo biográfico de Lovecraft, del que se dice lo siguiente:


Howard Phillip Lovecraft nació un 20 de agosto de 1890 en la ciudad de Providence, Nueva Inglaterra. Las experiencias vividas por el escritor en su infancia fueron determinantes para poder entender la posterior configuración de su amor por la soledad y baja autoestima. Una histriónica madre, incapaz de superar la muerte de su marido y el súbito fallecimiento de su abuelo –lo más parecido a un padre y mentor que tuvo en vida el autor norteamericano– fueron dos de los hechos más destacados que acabarían por moldear su taciturna personalidad, haciéndole entrar en contacto con la faceta más oscura de la condición humana. La débil salud que le caracterizó durante toda su vida fue otro gran condicionante y, en este caso, le impidió tener una educación como la de los demás niños.
No obstante, la naturaleza curiosa y vocación por el aprendizaje de las que hacía gala le permitieron seguir una intensa formación autodidacta. De entre sus grandes pasiones por aquellos años se contaban las ciencias y, en particular, la astronomía, cuestión a la que dedicaría sus primeras publicaciones en prensa allá por 1906.
Paralelamente, habría cultivado el terror gótico en relatos de ficción. La Bestia en la Cueva (1905) o El Alquimista (1908) son algunos de los ejemplos más destacados. Poco tiempo más tarde y tras verse truncados sus planes de asistir a la Universidad de Brown al finalizar secundaria, malviviría durante algún tiempo hasta su fortuito encuentro con Edward Daas, director de la Asociación Unificada de Editores Amateurs –UAPA por sus siglas en inglés–, invitando a Lovecraft a formar parte de ella.
(...)

De no haber sido por los titánicos esfuerzos de sus amigos más íntimos, la fragmentada obra de H.P. Lovecraft se habría perdido por completo y el mundo de la literatura habría quedado sin conocer a uno de los más grandes escritores de terror contemporáneos, cuya influencia ejerció una importancia indiscutible en numerosos autores de actualidad.

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