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Mapa de las Tierras Libres realizado por el autor. |
Ayer, 23 de abril, se celebró en todo el mundo el Día del Libro, y para festejar una fecha tan señalada para cualquier lector o escritor (como es mi caso, aunque sea un mero aficionado), quiero aparcar por un momento el fascinante universo de Lovecraft y dar algunos datos de
"Dicen que cantaron canciones", mi primera novela publicada, una obra de fantasía épica aparecida en mayo de 2017 que logró ver la luz gracias a mi participación en un concurso literario a nivel nacional organizado por la Editorial Alféizar y que podéis adquirir al precio de 16 euros en este
enlace. Ya en alguna entrada anterior del blog he hablado un poco sobre los personajes principales de esta obra que narra las vivencias de varias personas en un reino imaginario, Ulimán, azotado por una guerra civil y en un periodo en el que tienen lugar sucesos de signo funesto, como en
esta, como en esta otra
entrada recordaba la primera presentación que hice de dicha novela el 15 de agosto de 2017, gracias a la inestimable colaboración de la Asociación Cultural
Asbaraguzza de Esparragosa de la Serena (Badajoz), mi localidad natal, de cuya directiva formo parte desde su fundación en 2016.
Ahora, aprovechando esta ventana abierta al mundo que es el blog Hijos de Cthulhu, quiero aportar algunos datos complementarios de la novela, que reflejan que tras el argumento y los personajes hay todo un mundo imaginario con sus propias lenguas, razas, historia, religiones, costumbres... En primer lugar, hay que señalar que, aunque Dicen que cantaron canciones transcurre casi por completo en el reino humano de Ulimán, el más importante y poblado del continente que bautizé como Tierras Libres, hay mención a otros muchos países y lugares. Encontramos, pues, los siguientes reinos:
ASMANAR. Un reino costero, volcado en el Mar Sereno, de donde procede uno de los protagonistas, el niño Antos. Está habitado por humanos, dedicados sobre todo a la navegación y a la pesca.
ISLAS DE ROCASAL. Un archipiélago situado al sur del Mar Sereno, cerca de las costas de Asmanar, habitado desde hace siglos por reinos y pueblos piratas, constantemente en guerra entre ellos mismos y con los países vecinos. En la época en que transcurre la novela, los pueblos piratas han sido unificados por un hechicero llamado Idaspo.
FANARIA. Un reino humano, fronterizo con Ulimán, habitado por guerreros y mercenarios, que en el pasado ha mantenido algunas guerras con Ulimán y con otras naciones vecinas.
ELIRIA. Reino humano, que limita al sureste con Ulimán y con Fanaria. Es un reino que fue antaño poderoso, y suele mantener disputas con Fanaria.
BRUDEL. Un pequeño reino, enclavado entre Eliria y Fanaria, famoso por los hábiles arqueros de su ejército.
VAILISKINAN. Reino humano, situado al norte de Ulimán, en una tierra de frío extremo, árida y poco poblada. Sus habitantes, llamados Norteños, son duros guerreros, agrupados en clanes y tribus que suelen guerrear entre sí mismos.
MONTENEGRO. Reino enano, fronterizo con Ulimán, situado al sur de Vailiskinan. Sus guerreros gozan de gran fama en todas las Tierras Libres.
GABOLIA. Extenso y rico reino de los silfos, que limita al oeste con Ulimán, y que cuenta con una gran flota de navíos de guerra. En tiempos antiguos, los silfos dominaron todas las Tierras Libres, pero los humanos los relegaron a las tierras situadas al este del Mar Sereno, aunque siguen siendo una raza poderosa y arrogante.
En cuanto a las razas, existen tres principales en las Tierras Libres:
HUMANOS. Hombres, como lo somos cualquiera de nosotros, con una estatura en torno a los 1.70 metros, con una esperanza de vida de unos 60 años, inteligentes, habilidosos con las manos, guerreros, agricultores, comerciantes, marineros, que pueden hablar diferentes lenguas, aunque usan una común para todo el continente (la Lengua Franca). Cada grupo de cada nación cuenta con sus propias leyes, costumbres, tradiciones, formas de vida y religiones, aunque existe una especie de dios único y principal adorado por mucha gente, sobre todo en Ulimán, llamado Adim.
ENANOS. Raza de personas de estatura muy baja, sobre los 1.20 metros, que pueden llegar a vivir 100-110 años. mineros y artesanos, a los que les gusta guerrear. Existen dos reinos principales: Montenegro y Gult (que no aparece en la novela), aunque hay grupos dispersos de Enanos viviendo en los países humanos. Están inspirados tanto en los Enanos de la mitología de Tolkien como en los Trasgos de las leyendas del norte de España.
SILFOS. Raza de personas que pueden llegar a los 2 metros de altura y vivir más de 200 años, aunque no son inmortales ni invulnerables, caracterizados por sus ojos ligeramente rasgados y sus cabellos grises o rubios, su sabiduría, su orgullo y su sentido del deber y del honor. Fue la raza más poderosa y preponderante en siglos pasados, y en la época en que transcurre la novela, siguen siendo considerados unos seres casi legendarios, cuya amistad los humanos tienen en muy alta estima. En el pasado existieron los llamados Once Reinos Silfos, que se redujeron a uno, Gabolia. Se inspiran, sobre todo, en los Elfos del corpus mitológico de Tolkien.
En cuanto a la historia, a grandes rasgos, de las Tierras Libres, cabe señalar que la guerra que sirve de trama a mi novela transcurre entre los años 581 y 586 de la Edad del Acero, que empezó con la fundación del reino silfo de Gabolia tras la Guerra del Caos. Anteriormente, hubo otras dos Edades: la Edad Antigua, con una duración de 2100 años, en la que destacó la preponderancia de los silfos sobre las otras razas, y la amenaza del reino hechicero de Valatia; y la Edad del Hierro, con una duración de 1100 años, en la que empezaron a destacar los reinos humanos, que rivalizaban entre sí por la hegemonía del continente, entre ellos Cesenia, el Imperio de Norgesia y el Imperio de Galthan.
Estos son los datos y características que conforman el mundo fantástico en el que transcurre Dicen que cantaron canciones, en la que podréis encontrar amigos inseparables, escenas de batallas y combates, un rey tirano, mercenarios sin escrúpulos, magos y guerreros.