La escritora argentina Mariana Enríquez (n. 1973), cuya colección de relatos de terror y fantásticos Las cosas que perdimos en el fuego (2016) reseñé en esta entrada, acaba de recibir el 37º Premio Herralde de Novela, que entrega la editorial española Anagrama, por su obra Nuestra parte de noche. Esta novela de terror gótico de más de 600 páginas, que se publicará este mes de noviembre gracias a este galardón dotado con 18.000 euros, está ambientado tanto en el Londres de la década de 1960 como en la Argentina de la dictadura militar y narra la historia de un padre y un hijo que atraviesan Argentina por carretera,
desde Buenos Aires hacia las cataratas de Iguazú, en la frontera norte
de Brasil, en plenos años de la Junta Militar, con controles de soldados
armados y tensión en el ambiente. En ese marco realista, Enríquez construye una historia fantástica en la que el lector encuentra casas cuyo interior muta,
pasadizos que esconden monstruos inimaginables, rituales con
sacrificios humanos, andanzas en el Londres psicodélico de los años 60 y enigmáticas liturgias sexuales. Bebe de obras tan importantes como Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato y de autores como Borges, Neil Gaiman o el Charlie Feiling de El mar menor, así como del propio Lovecraft, en las menciones a la sociedad ocultista llamada La Orden, y que ya aparecía en su relato La casa de Adela, y que tiene contactos con dioses primigenios. Para el jurado del Premio Herralde, formado por Lluís Morral, Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Juan Pablo Villalobos y Silvia Sesé, Nuestra parte de noche se considera "continuadora de una tradición que podríamos denominar 'la Gran Novela Latinoamericana'"
y la sitúa en "una estirpe de obras tan disímiles, pero igualmente
ambiciosas y desmesuradas como Rayuela, Paradiso, Cien años de
soledad o 2666".
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