En mayo de 2017, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires o MALBA (aquí su página web), inaugurado en 2001 en la capital de Argentina, celebró un ciclo de cine dedicado a Lovecraft que se llamó Lovecraft al Cine. Desde el 4 al 28 de mayo, todos los jueves, viernes, sábados y domingos, se emitieron películas inspiradas en el universo del escritor de Providence, o basadas en algunos de sus relatos, cintas tan destacadas como El horror de Dunwich (1970), Reanimator (1985), La última ola (1977), La cabaña en el bosque (2012), Suspiria (1977), Stargate (1994), Aliens (1986), El planeta prohibido (1956) o ¡Muere, monstruo, muere! (1965). El texto explicativo de estas jornadas decía así:
Durante todo mayo, MALBA Cine dedica un ciclo a una serie de películas influenciadas por el escritor H. P. Lovecraft (1890-1937). Se verán adaptaciones, tributos y homenajes al creador y maestro del horror cósmico. Films inspirados en el universo lovecraftiano donde residen toda clase de seres abominables: demonios, engendros, vampiros, brujas, muertos vivos e incluso seres mitológicos extraterrestres, en especial, los Primigenios (Great Old Ones) y los Antiguos o Primordiales (Old Ones - Elder things). Deidades monstruosas, tecnológicamente avanzadas, que fueron los primeros en colonizar la Tierra y esperan regresar para apoderarse de ella nuevamente. El más conocido y admirado es el Gran Cthulhu.
En ese cosmos, también habitan los humanos, que por más pequeños e insignificantes que sean, son protagonistas y narradores. Por lo general están sujetos a un destino inexorable, a veces por culpa de la sangre heredada. Suelen ser solitarios y muy curiosos, rasgos que los acercan a la locura al descubrir algo que escapa de toda su lógica, sumiéndolos en un estado de vacilación y a la imposibilidad de discernir entre lo real y lo fantástico. Una falta de respuestas a una realidad que se desvanece a cada paso, debido a la totalidad del frío e indiferente cosmos, y por supuesto a los seres y objetos fantásticos que lo habitan. Uno de esos objetos, la puerta o portal entre los humanos y estos seres, es el mágico Necronomicón, también conocido como "el libro de los Muertos".
Los humanos que se crucen en su camino con alguna de estas malditas criaturas conocerán el horror, la locura y la muerte. La lucha es su única esperanza, ya que no solo se ve amenazada su existencia sino también la de toda su civilización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario